10.3 C
Bogota
viernes, junio 13, 2025
Inicio Recomendado Selección Colombia: cada quien por su lado

Selección Colombia: cada quien por su lado

El pasado viernes 6 de junio, la Selección Colombia empató un partido que el país entero esperaba ganar.  Jugábamos de local, con el aliento de millones, y un triunfo nos habría asegurado la  clasificación. No fue una derrota, pero sí una oportunidad perdida. Más allá del marcador, el empate nos confrontó con una sensación profunda: algo no está funcionando como debería.

Porque en un país tan complejo como Colombia —atravesado por el conflicto, el racismo, el  centralismo, el clasismo y la desconfianza— la Selección Colombia es, quizás, el único  símbolo identitario de nación que nos une emocionalmente. Pocas cosas logran ese efecto.  Ni los partidos políticos, ni la historia patria, ni la educación pública. Y esa fuerza simbólica  tiene un potencial enorme… si sabemos leerla.

Foto de Luisa Gonzalez/REUTERS

Cuando la Selección no funciona como equipo, cuando parece que cada quien juega por su  lado, eso también dice algo de lo que somos como sociedad. En la cancha vimos individualidades, roces, falta de cohesión. Pero también fuera de ella. Si hubo tropelías en  el camerino, si el ego pudo más que el objetivo colectivo, entonces vimos en 90 minutos el  reflejo de un país donde la confianza está rota. Jugamos como vivimos: separados.

Y es allí donde la escuela tiene un papel fundamental. Nuestra educación ha sido entrenada para competir, no para colaborar. Se premia al que saca la mejor nota, no al que ayuda a  su compañero a entender. Se forma para el logro individual, no para el éxito colectivo. Ese  modelo educativo también está fracasando, y la Selección lo demuestra: se puede tener talento, pero sin equipo, no se gana.

Eduardo Galeano decía que el fútbol podía ser una herramienta educativa y política. Y tenía razón. Aunque hoy el fútbol está capturado por intereses económicos, no debemos olvidar  que su origen es obrero y popular. Nació en los márgenes, entre trabajadores, como un  ejercicio de comunidad, dignidad y resistencia.

Desde allí construyó una narrativa que puede ser usada en nuestras aulas. Ejemplos  sobran: la Democracia Corinthiana de Sócrates, que en los años de dictadura en Brasil  convirtió a un club en una experiencia democrática radical, donde los jugadores decidían  todo colectivamente. O los clubes antisistema en Europa que resisten el negocio global para seguir siendo parte del pueblo.

Porque que el fútbol sea hoy un gran negocio no significa que no pueda ser expropiado  simbólicamente por el pueblo. Más aún cuando los salarios del espectáculo deportivo son  escandalosamente altos si se comparan con los ingresos de quienes sostienen el bienestar social: médicos, bomberos, maestras y maestros.

La Selección Colombia puede seguir siendo un reflejo de nuestras fracturas, o puede  convertirse en una oportunidad pedagógica. Si es lo único que hoy nos une como nación, usemos ese símbolo para enseñar, para formar, para reflexionar. Enseñemos que sin equipo no hay victoria, que sin solidaridad no hay juego, que sin humildad no hay aprendizaje.

El mensaje para las escuelas públicas del Magdalena y del país es claro: formemos  comunidades, no solo estudiantes. Formemos equipos, no solo talentos. Si en el aula no se  aprende a dialogar, a colaborar, a ceder y a confiar, tampoco se podrá hacerlo en la cancha, ni en la vida.

Decir que lo único que nos une son 90 minutos es duro. Pero es cierto. Y si eso es lo que  hay, hagámoslo valer. Que la Selección Colombia no sea solo una ilusión cada cuatro años, sino una excusa para construir algo más duradero: un país capaz de jugar unido.

Yesid González
Magister en Educación. Docente SED. Secretario de Educación del Dpto del Magdalena. Correo: [email protected]
ARTÍCULOS RELACIONADOS

El decreto de la consulta popular

Los deseos de cambio exigidos y votados democráticamente en las elecciones del 2022 han sido truncados sistemáticamente por la oligarquía parlamentaria atornillada en el...

Tablas salariales para docentes 2025

El pasado 3 de junio de 2025 se publicaron las tablas salariales para docentes pertenecientes a los decretos 2277 y 1278. La fórmula para...

Ecos del pasado en la educación bogotana

Mientras recorro los pasillos de mi colegio, no puedo evitar sentir cierta ironía histórica. Hace poco, revisando algunos documentos sobre la historia sindical del...

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

- Advertisment -

Más popular

El decreto de la consulta popular

Los deseos de cambio exigidos y votados democráticamente en las elecciones del 2022 han sido truncados sistemáticamente por la oligarquía parlamentaria atornillada en el...

Selección Colombia: cada quien por su lado

El pasado viernes 6 de junio, la Selección Colombia empató un partido que el país entero esperaba ganar.  Jugábamos de local, con el aliento...

Tablas salariales para docentes 2025

El pasado 3 de junio de 2025 se publicaron las tablas salariales para docentes pertenecientes a los decretos 2277 y 1278. La fórmula para...

Ecos del pasado en la educación bogotana

Mientras recorro los pasillos de mi colegio, no puedo evitar sentir cierta ironía histórica. Hace poco, revisando algunos documentos sobre la historia sindical del...

Comentarios Recientes

humberto bustos fernandez on La ADE y la democratización pendiente
Carlos David Rodríguez Mancera on Duele el alma
Viviana Jiménez on Más divino menos humano
Viviana Jiménez on Más divino menos humano
Viviana Jiménez on Más divino menos humano
Juan Santana on Más divino menos humano
Angelica lara on Una Verdad que incomoda
Wilson Fernando Garcia Castellanos on Subjetividad docente por una escuela pluri y multi-versa
Esperanza Pinzón on Cuento: ¿esperanza es?
Jorge Alberto Padilla Mier on Colombia sufre de hambre