En el segundo punto del acuerdo final de paz quedó consignado el compromiso del Estado colombiano y las FARC-EP para proporcionar, por dos periodos legislativos, una representación directa en la cámara de representantes para las víctimas del conflicto armado colombiano. De este modo se crearían 16 curules de paz en un intento de resarcir simbólica y físicamente a los territorios y poblaciones más azotados por la guerra en el país.
A pesar de lo anterior, desde la campaña del plebiscito para refrendar los acuerdos entre el Estado colombiano y las FARC-EP, estas curules vivieron todo tipo de ataques desde la opinión pública y el congreso de la república. Una buena muestra de lo que sucedía para el momento eran las publicaciones que realizaba por Twitter el líder indiscutible del partido Centro Democrático: “que son una imposición de La Habana”, “que son para las FARC y sus aliados”, “que no van a ser curules para las víctimas”. Y así continuó trinando por semanas el todopoderosos expresidente, ante la inminente llegada de las victimas al congreso de la república.
En medio de un interminable debate, el 9 de noviembre de 2017 fue aprobado el proyecto de ley en la cámara de representantes y restaba que el proyecto pasara por la conciliación en el senado, para que así se convirtiera en Ley de la Republica. A pesar de lo anterior, el 30 de noviembre de 2017 en una polémica votación en el congreso de la república, con 50 votos se hundieron las 16 curules para las víctimas. Reclamos y quejas del sector legislativo que apoyaba la paz se hizo sentir por la actitud de boicot al proyecto de ley por parte del partido Centro Democrático, varios Conservadores y de Cambio Radical.
Acto seguido el senador Roy Barreras, uno de los mosqueteros de la paz presentó una tutela para que se le protegieran sus derechos constitucionales. Según él senador, el proyecto de Ley en cuestión había obtenido 50 votos a favor y con ello era suficiente para que se convirtiera en Ley de la república. Se debe tener en cuenta que para la época los exsenadores Martín Emilio Morales Diaz, Bernardo Miguel Elías Vidal y Musa Besaile Fayad se encontraban suspendidos del congreso, no tenían investidura y se les debía aplicar el concepto silla vacía en las votaciones del legislativo.
Tuvo que pasar un tiempo para que la sala plena de la corte constitucional determinara que el senador Barreras tenía toda la razón. El 21 de mayo de 2021 la corte revivió las curules de paz y, a su vez, le ordenó al congreso legislar sobre el asunto avalando las curules de paz para dos periodos del 2022 hasta el 2026 y del 2026 hasta el 2030. De esta forma, se efectuó el acto legislativo 02 del 25 de agosto de 2021 por el cual se crearon las curules de paz para los periodos antes señalados.
Al parecer, por fin las víctimas del conflicto armado colombiano iban a estar plenamente representadas en el congreso de la república. Pero no hay que olvidar como decía Murphy “si algo puede salir mal, saldrá mal”, en efecto. En este gobierno donde muchas cosas han salido mal, la curules de paz no podían ser la excepción, pues en los 16 territorios y las poblaciones más afectadas por la guerra, un nuevo ciclo de violencia desde hace años ya inició. En muchos de estos lugares las FARC-EP se han rearmado, del mismo modo que han reactivado el reclutamiento forzado. A su vez, las disputas territoriales entre disidencias, ELN y grupos post desmovilización paramilitar de nuevo empezaron, causando un significativo impacto humanitario en el territorio.
Como si fuera poco, en buena parte de estos 16 territorios existe la injerencia de actores armados para elegir candidatos al senado y la cámara, algo que, en el pasado, Jorge 40 el excomandante del Bloque Norte de las AUC llamaba distritos electorales. Es decir, lugares donde los paramilitares determinaban candidatos únicos para ser apoyados por la población civil. Como era de esperarse, en estos distritos electorales donde Jorge 40 dominaba, fue unánime la votación por sus candidatos en los años 2002, 2005 y 2006. Difícilmente alguien en los departamentos del Cesar, Magdalena, y La Guajira podía hacer campaña electoral sin la aprobación del señalado jefe paramilitar.
En todo caso, la campaña electoral en estos 16 territorios por la curules de paz inició hace unos meses y cientos de candidatos afro, campesinos, mujeres, desplazados y demás, se fueron a inscribir su candidatura para estar en la cámara de representantes. No obstante, entre esta lista nutrida de candidatos, un nombre resaltó, un joven abogado de la capital mundial del vallenato, Jorge Tovar Vélez el hijo de “Jorge 40” el excomandante paramilitar.
Bastante polémica ya había causado el nombramiento del joven abogado en el cargo de coordinador del grupo de articulación interna para la política de víctimas del conflicto armado. Esta polémica fue desatada por sus vínculos familiares pero que no lo comprometen como ciudadano, pues como pasa en los casos de Ciro Ramírez Jr, Marta Lucia Ramírez, Santiago Valencia, Paola Holguín, Jenifer Arias, entre otros, los delitos no son de sangre.
El paso de Jorge Tovar Vélez por la Unidad para las víctimas fue sin pena ni gloria, de no ser por sus desafortunadas salidas en público, en donde señala cosas como: «que los Estados Unidos no tenía pruebas en contra de su padre por los delitos de narcotráfico», «que al papá lo engañaron al ser extraditado», «que no se debe continuar buscando la verdad preguntándoles a los victimarios», entre otras frases sonoras.
Días antes del 13 de marzo de 2022 varios fueron los candidatos a la curul 12 de paz que decidieron renunciar a su aspiración, alegando falta de garantías, falta de seguridad y por una desigual competencia económica con respecto a la candidatura de Tovar Vélez. Otros candidatos se encadenaron por diez días en la sede de la registraduría nacional en el municipio de Valledupar, pero de todas formas terminaron abdicando su candidatura a la curul de paz por el Cesar, Magdalena y La Guajira.
Como si fuera poco, Tovar Vélez contó con el apoyo de los clanes políticos tradicionales de la región, como él mismo se jactaba al expresar “de todos los congresistas del Cesar soy amigo”. Así mismo, la publicidad del ahora congresista inundó el caribe colombiano, y presuntamente contó con el apoyo de Víctor Hugo Mosquera el director territorial de la Unidad de Victimas en el Cesar y La Guajira.
Eran las 9:00 pm y los resultados marcaron poco menos de 35000 votos válidos para el candidato Jorge Rodrigo Tovar Vélez, de este modo la llegada de Tovar Vélez al congreso de la república era inminente. Tovar Vélez no tiene delito u orden judicial alguna que le impida posesionarse como congresista. Tampoco su candidatura fue tumbada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Consejo del que no se puede esperar mucho pues está maniatado para obrar en contra de los partidos políticos que publicitaron el nombre de sus magistrados. En suma, lo único que le podemos pedir a Tovar es, como diría Luis Carlos Vélez: “tiene que haber un acto muy grande de caballerosidad y decir yo me hago a un lado”.
Acaba de pasar poco más de 200 años del natalicio de Fiodor Dostoievski y vuelve a tener sentido su frase: “Despues de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos”. Tovar Vélez hoy es congresista de la república y la reparación de las víctimas en los departamentos del Cesar, Magdalena y La Guajira estará embolatada por un buen tiempo.
Excelente análisis, triste pero real final.
El país para por un problema de confianza en las instituciones, pues, sí las curules de paz no representan a las victimas, la sociedad colombiana deja de creer que por los medios formales se pueden solucionar conflictos.
Muchas gracias Faenando.
Es el mejor ejemplo de lo que ha sido este Gobierno: cinismo e ironía, impunidad e injusticia y la confirmación de necesidad de cambio. Análisis muy oportuno.
Muchas gracias lorena, un aspecto muy importante lo que dices, un gran problema en la sociedad se desata cuando no solo existe desigualdad, sino que se potencia el asunto en el momento que hay agravio, es decir, que el responsable se burla de la victima.
La realidad que vivimos en Colombia con una democracia como la nuestra.
Muchas gracias Gladis, al parecer es una democracia aparente.
Desafortunadamente los colombianos vivimos en una pseudo democracia ya que creemos que con ir a las urnas estamos eligiendo, cuando realmente las maquinarias políticas son las que lo hacen
Muchas gracias Jannet, la cantidad de las nuevas fuerzas políticas alternativas en el congreso son un buen síntoma, pero en efecto, falta mucho para un cambio solido y sostenido.