Duele el alma al saber que con tus 13 años tu mamá te responsabiliza de ser culpable de provocar tu violación.
Duele el alma al saber que accediste porque ese compañero amenazó con hacer daño físico a tu mamá.
Duele el alma al saber que tu mamá, la persona que te parió, fue incapaz de hacer la denuncia ante las autoridades.
Duele el alma al saber que tu mamá prefirió ponerte el Yadel para que en una próxima violación no quedaras embarazada.
Duele el alma al saber que tu violación es una más que ocultará el sistema y será contabilizada.
Duele el alma cuando todo mundo dice que es mejor callar y esperar que el tiempo pase.
La vida es una mierda con los indefensos.
*Estas letras surgieron desde la cotidianidad del aula. Las escribí a manera de catarsis por una situación que me estaba carcomiendo el alma, pero que sucede todos los días dentro de nuestras escuelas.
.