Última Parada: Firme en sus convicciones y atento a los cambios de la historia. Buen viaje Nariño…!!*
Desde Mayo de 1814 hasta marzo de 1820 estuvo Antonio Nariño preso por tercera vez. Fueron más de 20 años los que pasó privado de la libertad, el que fue uno de los señoritos notables más afortunados de Santafé. Disminuido por la edad, su enfermedad y la desolación de encontrarse de nuevo reducido a un simple reo, Nariño escribe en 1817:
El 3 de marzo llegué a esta ciudad, después de haber andado más de 60 leguas por mar y tierra 22 meses. Aquí fui conducido a la cárcel pública…. El 23 de septiembre a las ocho de la noche se me presentó el señor teniente rey, que gobernaba en ausencia de vuestra excelencia, y recogiendo cuantos papeles había en la pieza de mi habitación, me mandó poner en encierro, privado de toda comunicación. Así me mantengo hace cuatro meses, enfermo y sin tener de que subsistir, pues en el tiempo que llevo en esta prisión, no se me ha pasado ni un ochavo para mi manutención y hace más de dos años que no se de mi casa (Nariño, Febrero 7 de 1817, Cárcel de Cádiz).
Llegó a la Nueva Granada en Febrero de 1821, se presentó ante Bolívar y es elegido como vicepresidente en el congreso de Cúcuta, lo cual lo tomó por sorpresa, pero evidencia el gran aprecio que el Libertador tenia hacia Nariño. En su discurso ante el congreso, Nariño se muestra más maduro, elocuente y sin ánimos de buscar reyerta alguna:
El pacto social es una cosa tan clara y tan sencilla, que ha sido preciso que la pedantería y la ambición lo hayan embrollado, para que se vuelva una ciencia oscura y complicada. Cada hombre al constituirse miembro de una sociedad, se ofrece a defender a los otros …. Llenad su expectación y nuestras esperanzas; y que la República de los estados equinocciales de Colombia deba al ejército la paz y su gloria y a vosotros su libertad y esplendor. (Nariño, Mayo 6 de 1821).
Contradicciones con otras personalidades, entre ellas con Santander, hicieron que Nariño renunciara el 5 de Julio. Es increíble ver cómo mientras que Bolívar lo trataba amablemente, tal vez agradeciéndole el camino abierto por él, en la independencia, la nueva clase política seguía viendo en Nariño un personaje directo que denunciaba los excesos y las prácticas egoístas de los nuevos gobernantes. Nariño sabe que se necesitan más que actas, constituciones y leyes para lograr la definitiva independencia, y más aún, para formar una nación, hábitos que estaban reemplazando la discusión sobre la construcción de un sólido proyecto histórico.
Esto lo une íntimamente con Bolívar y el proyecto de unidad continental que Santander traicionaría años más tarde. Es postulado por los seguidores de Bolívar y sale elegido como senador en 1823, pero inmediatamente es atacado por dos jóvenes senadores por temas de su pasado, lo que indigna a Nariño y lo insta a elaborar su última defensa, presentada el 14 de mayo de 1823, donde elevó su honra y guardó para siempre su figura con pulcritud y dignidad. Muy enfermo le escribe a su amigo Bolívar en varias ocasiones para expresarle su decepción por lo que ha vivido desde su llegada de Cádiz.
En el segundo semestre de 1823 se retira muy enfermo y solitario, siempre recordando a su amada Magdalena, muerta desde 1811. El 2 de diciembre cae enfermo de gravedad con una engañosa mejoría el 8 de diciembre. Muere el 13 de diciembre solo, y fue sepultado el 15 de diciembre sin ningún honor público. Así termina la vida de quien fuera el joven más afortunado de la ciudad de Santafé, pero quien decidió traicionar su linaje y posición social, y pusiera las bases para la destrucción del régimen colonial en América.
*Extracto de artículo: Blanco, Enrique (2016) «Antonio Nariño: Los intersticios de la historia, la voluntad de vivir y el proyecto nacional». Revista Taller No 39. Pp. 113-134. Centro de Estudios e Investigaciones Sociales CEIS. Bogotá.
